El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos cuya incidencia ha crecido de forma alarmante en los últimos años. En Argentina, más de 20 millones de personas se encuentran en zonas de riesgo, y el vector principal, Aedes aegypti, se ha adaptado a climas más templados, expandiéndose hacia el centro del país y prolongando su actividad durante gran parte del año. Frente a la falta de una vacuna efectiva, la única estrategia posible es la prevención mediante el control del mosquito, priorizando soluciones sostenibles, seguras y eficaces.
Aging
El envejecimiento no es solo una cuestión estética: es el principal factor de riesgo para enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y las afecciones cardiovasculares. A medida que pasan los años, nuestras células pierden eficiencia y los tejidos comienzan a deteriorarse, afectando la salud y la autonomía de las personas mayores.
Enfrentar este proceso desde la biotecnología es posible. Al prevenir y retrasar el deterioro asociado a la edad, es posible mejorar la calidad de vida de millones de personas y aliviar la creciente presión sobre los sistemas de salud.
El momento más eficaz para interrumpir el ciclo del mosquito es durante su fase larval. Aplicar larvicidas en aguas estancadas evita el desarrollo de adultos transmisores, haciendo que la prevención sea más efectiva, sustentable y menos invasiva que la fumigación.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
El uso de Bacillus thuringiensis israelensis (B.t.i), un bioinsecticida recomendado por la OMS, permite un control específico, seguro y respetuoso con el ambiente. A diferencia de los insecticidas químicos, no genera resistencias ni contamina los ecosistemas.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
El momento más eficaz para interrumpir el ciclo del Mosquito es durante su fase larval. Aplicar larvicidas en aguas estancadas evita el desarrollo de adultos transmisores, haciendo que la prevención sea más efectiva, sustentable y menos invasiva que la fumigación.
El uso de Bacillus thuringiensis israelensis (B.T.I), un Bioinsecticida recomendado por la OMS, permite un control específico, seguro y respetuoso con el ambiente. A diferencia de los insecticidas químicos, no genera resistencias ni contamina los ecosistemas.
Aging
Aging
En nuestras células existe un sistema que regula qué genes se activan y cuándo: se llama epigenoma. Con el paso del tiempo, este sistema pierde precisión, lo que impacta negativamente en el funcionamiento celular y genera signos visibles e invisibles del envejecimiento.
El momento más eficaz para interrumpir el ciclo del mosquito es durante su fase larval. Aplicar larvicidas en aguas estancadas evita el desarrollo de adultos transmisores, haciendo que la prevención sea más efectiva, sustentable y menos invasiva que la fumigación.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
El uso de Bacillus thuringiensis israelensis (B.t.i), un bioinsecticida recomendado por la OMS, permite un control específico, seguro y respetuoso con el ambiente. A diferencia de los insecticidas químicos, no genera resistencias ni contamina los ecosistemas.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
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Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Hoy, la biotecnología nos permite recuperar parte de esa precisión. Activando ciertos factores, es posible restaurar el epigenoma a un estado más funcional y juvenil, sin cambiar la identidad de la célula.
Aplicada de forma segura, esta técnica ayuda a frenar algunos procesos del envejecimiento. Esto no solo podría traducirse en una mayor esperanza de vida, sino también en una vejez activa, saludable y con menos carga para el sistema sanitario.
Aging
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Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
El momento más eficaz para interrumpir el ciclo del mosquito es durante su fase larval. Aplicar larvicidas en aguas estancadas evita el desarrollo de adultos transmisores, haciendo que la prevención sea más efectiva, sustentable y menos invasiva que la fumigación.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
El uso de Bacillus thuringiensis israelensis (B.t.i), un bioinsecticida recomendado por la OMS, permite un control específico, seguro y respetuoso con el ambiente. A diferencia de los insecticidas químicos, no genera resistencias ni contamina los ecosistemas.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
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Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
ICER es una plataforma biotecnológica de reprogramación celular parcial diseñada para revertir el envejecimiento epigenético de manera controlada y segura. A diferencia de los enfoques tradicionales que inducen una desdiferenciación total y conllevan riesgos como la pérdida de identidad celular o la formación de tumores, ICER actúa con precisión sobre los factores de reprogramación para restaurar el estado juvenil de las células sin comprometer su función original.
Nuestra tecnología ha sido diseñada para superar las limitaciones del estado del arte en reprogramación celular, logrando una reversión efectiva de los marcadores epigenéticos del envejecimiento mientras se mantiene la estabilidad celular. Esto convierte a dicha terapia en una herramienta clave para el desarrollo de terapias regenerativas, tratamientos antienvejecimiento y estrategias de longevidad extrema. Con ICER, se abre una nueva etapa en la biología del envejecimiento: una donde rejuvenecer sin borrar la identidad es posible.
DiptoKill-Bt.
El uso de Bacillus thuringiensis israelensis (B.T.I), un Bioinsecticida recomendado por la OMS, permite un control específico, seguro y respetuoso con el ambiente. A diferencia de los insecticidas químicos, no genera resistencias ni contamina los ecosistemas.
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Aedes aegypti se ha adaptado al clima de regiones como Buenos Aires y otras provincias centrales, donde se mantiene activo hasta nueve meses al año. Su propagación ha ampliado el riesgo de transmisión no solo del dengue, sino también de otras enfermedades como el virus del Nilo Occidental y la encefalitis.
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